el conejo muerto
pepe:
es extraño pensar en el trabajo. el trabajo para vosotros es algo que es malo, que os duele y del que siempre os estais quejando. es una excusa contínua de queja, como si siempre necesitáseis algo contra quien pegaros, un sparring mudo y ciego. siempre recibe golpes y nunca se queja. el trabajo para vosotros es algo repetitivo, grisáceo, que teneis que hacer para ganar dinero. yo en cambio, no gano dinero con mi trabajo. mi trabajo no me da para vivir. mi trabajo os parecerá a muchos de vosotros estúpido. mi trabajo es un casi trabajo. es casi nada. pero a pesar de todo eso yo me lo tomo en serio. me tomo muy en serio la construcción de este muro. es lo más importante que tengo entre manos.
cada día me levanto y con legañas en los ojos miro como la luz de la madrugada (me levanto con el sol) se refleja en las piedras, como el rocío se seca a medida que el calor llega o como se hiela con la bajada de temperatura del amanecer. es lo que pienso cuando duermo, cuando sueño siempre aparece mi muro. cuando despierto cuando como y cuando me acuesto. el muro es mi vida, el muro soy yo.
hubo una ocasión que cuando estaba repasando una hilada que había acabado me percaté que en uno de los huecos no había una piedra sino un conejo. me quedé perplejo. el conejo estaba aprisionado contra las demás piedras. estaba tan compactado entre el resto de aparejo que su cuerpo formaba un rectángulo perfecto, era literalmente un ladrillo de conejo.
seguramente lo cogí sin darme cuenta y lo coloqué. el conejo estaba muerto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario