guiño
No, no había muerto, sólo se había escapado. Pero el día que muriese nadie sabría cómo rezar por ella, cómo interceder con la Muerte para que la llamase por su nombre verdadero.Así que vinieron aquí, los dos, bajo la lluvia, para llevar a cabo el ritual que cosería el tejido del tiempo por donde se había roto.
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