20070107

desen siza t -un borrador-

he vuelto del viaje.
nunca las cosas suceden como las pensamos, como las organizamos, como las estudiamos durante horas. eso está bien.
siza no me ha convencido. por mucho que paseaba por las piscinas de leça de palmeira, por el restaurante (ellos le laman casa de chá), por la universidad, el pavellón carlos ramos, por serralves, ...siza no me ha convencido.
cuando francis bacon explicaba el modo en que pintaba, explicaba cómo de alguna manera él hacía y hacía, pintaba frenéticamente o mansamente, con lentitud o parsimonia (no creo que pintase lento en su vida), el caso es que en un momento dado, no sabía como (antonio lópez tampoco), sentía que aquello estaba bien. que había algo allí que le atrapaba y le llevaba a otra parte, a un lugar sin fronteras.
no es raro. a muchos les pasa y es lo que llamamos instinto.
en mi caso -y en el caso de mucha gente, me consta- se produce a su vez cuando contemplo algo que me gusta, que me atrapa y que, sorprendentemente, te da ganas de hacer algo parecido. el arte lleva al arte.
me pasó en el cementerio de igualada de miralles.
me pasó en la iglesia de la haya de aldo van eyck.
y en el kunsthal.
y poca cosa más. la arquitectura no abunda.
con siza no me pasó. por muchas espectativas que había puesto al leerle, al mirarle en las revistas, al, sobretodo, verme tan reflejado en los escritos que tan delicadamente edito carles muro. no me pasó.

con miquel mariné antes de partir hablamos sobre sus dibujos, sobre lo preciso (él utilizó esta palabra) que era dibujando, del formato que utilizaba, de dónde se colocaba para dibujar y de lo extraño que era su continuo dibujar las cosas desde el aire. decíamos que viendo sus dibujos se podía pensar que siza trabajaba en dos ámbitos: la abstracción de la persona, donde él mismo aparecía dibujado de cuerpo entero desde su punto de vista, cosa imposible sin abstracción de la posición y una segunda escala, más subjetiva, donde el mundo de los detalles aparecía en toda su magnitud -con precisión-.
visitando su obra han aparecido otras cosas -la arquitectura es presencia-.
hay un trabajo enorme en la obra que he visto (añadamos el centro de arte contemporáneo de santiago de compostela) del espacio y su control. a medida que cronológicamente va construyendo obras de mayor tamaño e importancia se puede observar ese continuo intento de control, moldeo y tensión, llegando a forzar los espacios, experimentando con las estancias.
en la fundación serralves se lleva este trabajo al extremo.
la tensión espacial siza la ejecuta mediante giros inesperados, reducción de altura, contínuos juegos geométricos ( él en uno de sus textos dice: "arquitectura es geometrizar") en los diferentes paramentos, llegando a ser obsesivo en los techos.

después, claro, hay todo un trabajo con los detalles que es una maravilla. sólo hay que fijarse (ya me lo advirtió miquel) en las escaleras.

lo que sucede es que en todo ese juego, esa libertad absoluta para moldear los espacios, para moldear el vacío ( no sé porqué pero me ha recordado mucho a chillida y, eso lo pienso ahora, dibujaban parecido. las superposiciones, la línea, la precisión temblorosa) hay algo que ya no te deja entrar, algo completamente acabado. yo no he encontrado esa cualidad que tantos otros admiran del instante construido en siza. como si él ya hubiese hecho el trabajo por ti, como si no te dejase ilusionarte con las posibilidades del proyecto. todo es demasiado concreto y perfecto.

entre los dos extremos que van de la perspectiva caballera al mango de la puerta me falta un espacio para la pasión.

No hay comentarios: